viernes, 5 de octubre de 2007

Bestiario

El Lebrato

No seas lascivo ni medroso
como la liebre y el enamorado.
que tu mente sea semejante
a la coneja siempre concibiendo.

Apollinaire

jueves, 4 de octubre de 2007

La Regla

Sería un error creer, siguiendo el esquema tradicional, que la guerra general, agotándose en sus propias contradicciones, termina por renunciar a la violencia y acepta suprimirse a sí misma en la leyes de la paz civil. La regla, es el placer calculado del encarnizamiento, es la sangre prometida. Ella permite relanzar sin cesar el juego de la dominación. Introduce en escena una violencia repetida meticulosamente.

Michel Foucault

lunes, 1 de octubre de 2007

Descortesías

Si entendemos al lenguaje como un guante que recubre, ascéptico, nuestra conciencia, se vuelve de manifiesto la esencial descortesía del hablar.

Adjetivaciones mortales

Una relación que se adjetiva está del lado de la imagen, del lado de la dominación y de la muerte.

Roland Barthes

Revoluciones monstruosas

El porvenir sólo puede anticiparse bajo la forma del peligro absoluto. rompe absolutamente con la normalidad constituida y, por lo tanto, no puede anunciarse, presentarse, sino bajo el aspecto de la monstruosidad.

Jacques Derrida

jueves, 30 de agosto de 2007

Karez I Roshan

Mi amor era tan puro
que ella no lo veía.
¿Qué hacer?, me pregunte.
Y lo enturbié

Sólo el que aprende puede olvidar,
el que descubre recuerda siempre

The Politics

La verdad es que la política misma, en su mayor parte, es un fastidio y una impertinencia; y nadie de natural bondadoso y con buen juicio sería político sino fuera porque los hay peores

jueves, 12 de julio de 2007

La voz de la conciencia

Su voz, de tan gruesa, se levanta sobre la tierra como las raíces de los grandes pinos, haciendo tropezar a los satélites, molestando en su giro a la luna, demorando los eclipses, y con ello, la oscuridad propicia del error

lunes, 25 de junio de 2007

Profesión de fé

Durante largo tiempo me propuse caminar por los bordes de mi soledad, coquetear con el gentío una vez por semana, dejar escapar alguna palabra sin que esta se vuelva sobre sí misma y se anulara, como para sondear la intensidad de mi asco. Pero el diagnóstico fue claro, y hoy, bajo la intransigencia de la receta que mi propia mano ha firmado, cierro las puertas de mi vida, clausurando cualquier posibilidad de ingreso a los cobardes fantasmas del mundo.
Sabré construir con tenaz encono las murallas que darán sombra al trabajo del odio, al lento fraguar de las cadenas que impedirán mi propia disociación. Uno sólo habré de ser, hoy y siempre, una sola piedra perpetuará mi nombre, mi piedra, sin grafías que contaminen la noble pureza de un animal postrado. Murallas frías que contengan la grosera arremetida del clamor humano, que detengan el avance del reloj de los esclavos. Una a una alineadas, las rocas marcarán el paso de la caótica promiscuidad de los otros al orden absoluto del ego encadenado.