lunes, 13 de julio de 2009

Ginebra

Me recuerdas el frío,
el miedo del enfermo,
el dolor de las manos
en el invierno,
la ropa sucia.

Y no te quiero para nada,
muy lejos del pan
y la parafina,
mueres para siempre
en los asientos helados de los paraderos.

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