martes, 30 de diciembre de 2008

Alone



Los globos de los niños nos lo habían ocultado algunas estaciones. Distraídos en seguir sus carreras por los pasillos vacíos, ignorábamos su presencia en una de las esquinas del vagón. La chiquillada tiene una facilidad explosiva para apropiarse de los espacios, arrojando sus zapatillas bajo los asientos, besando con sus boquitas de colores las ventanas, como firmando para siempre con una carcajada la blanca monotonía del subsuelo.
Pero como globos que se escapan hacia el cielo, los niños tras sus padres se esfumaron y en un abrir y cerrar de puertas nos hallamos ante el llanto desolado de un hombre solo. Tratando de evadir nuestras miradas, buscaba refugio en la ventana negra del vagón entre estaciones, que le devolvía amplificada las dos lágrimas que le limpiaban la cara.

1 comentario:

Jai Jagdeesh Kaur dijo...

preciso i power.

i el libro cuando???

no te olvides de Mí ejemplar


saludosss =)
del monito del monte tb